Mt. 9, 1-8

Jesús subió a la barca, atravesó el lago y regresó a su ciudad.

Entonces le presentaron a un paralítico tendido en una camilla. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: “Ten confianza, hijo, tus pecados te son perdonados”.

Algunos escribas pensaron: “Este hombre blasfema”.

Jesús, leyendo sus pensamientos, les dijo: “¿Por qué piensan mal?

¿Qué es más fácil decir: ‘Tus pecados te son perdonados’, o ‘Levántate y camina’?

Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”.

El se levantó y se fue a su casa.

Al ver esto, la multitud quedó atemorizada y glorificaba a Dios por haber dado semejante poder a los hombres.

LA PARÁLISIS.

1) EL PARALÍTICO: es la situación tuya y mía, cuando no podemos manejarnos con independencia. Si bien hoy vivimos una situación particular, también hay momentos en que personas te paralizan y no te dejan moverte por la vida con soltura. En esto tienes que fijarte vos también, porque capaz que vos sos el producto de tu misma parálisis. No te paralices y no dejes que te paralicen.

2) LOS AMIGOS: refiere a aquellos que te encuentran en la vida y te ayudan a encontrarte con Jesús. Son aquellos que Dios te pone en el camino para que tu camino sea un encuentro con Cristo y te libere para que camines solo. El verdadero amigo es aquel que te ayuda a caminar y te deja caminar por tu camino. No es amigo el que te hace caminar pero te asfixia en su camino.

3) PERDONAR: lo que más nos puede paralizar es la falta de perdón. El no poder perdonar o no saber perdonar. Pero también el no sentirte perdonado. Hoy pidamos a Jesús que sepamos perdonar y que nos ayude a sentirnos perdonados.

P.  Luis A. Zazano.