NUESTROS DOS SACRAMENTOS
No ha expirado la ley de la encarnación, la que condujo al Hijo de Dios a acercarse a los hombres por medios humanos, a tomar un cuerpo para que pudiera ser visto, oído y tocado, para lograr el objetivo del que acabamos de hablar: la edificación del Cuerpo Místico. La acción de Cristo tiene un