Una de las cosas más difíciles que debemos hacer en la vida es dejar atrás las viejas heridas… A veces nuestras memorias tienen una edad que se mide en décadas, y hasta en siglos. Y siguen pidiendo venganza. Culpar a los demás por sus faltas casi siempre crea un muro impenetrable. Pero escuchen a Pablo:

“Por tanto, el que está en Cristo, es una nueva creación: pasó lo viejo, todo es nuevo. Y todo proviene de Dios.”

(2 Corintios 5, 17)

Esta palabra nos llama a dejar atrás nuestras viejas heridas, en el Nombre de Dios. Este es el mensaje que nuestro mundo necesita escuchar.

Henri J.M. Nouwen.