— “Papi… papi… estuve con Huguito, que viene de pelearse con su papá”

— “¿Y por qué se peleó con su papá?”

— “Porque el papá de Huguito dice que él sabe más que Huguito.”

— “Sí, hijo. El papá de Huguito sabe más que Huguito.”

— “¿Y cómo lo sabes tú, si tú no conoces al papá de Huguito?”

— “Bueno, porque es el padre, hijo, y el padre sabe más que el hijo.”

— “¿Y por qué sabe más que el hijo?”

— “Y… ¡porque es el papá!”

— “¿Qué tiene que ver?”

— “Bueno, hijo, el papá ha vivido más años… ha leído más… ha estudiado más… entonces sabe más que el hijo.”

— “Ah… ¿y tú sabes más que yo?”

— “Sí.”

— “¿Y todos los padres saben más que los hijos?”

— “Sí.”

— “¿Y siempre es así?”

— “Sí.”

— “¿Y siempre va a ser así?”

— “Sí, hijo, ¡siempre va a ser así!”

— “Dime, papá, ¿quién inventó el teléfono?”

El padre lo mira con suficiencia y le dice:

—”El teléfono, hijo, lo inventó Alexander Graham Bell.”

— “¿Y por qué no lo inventó el padre de él, que sabía más?”

C/ Federico Ma. Sanfelíu, s.j.