SANTOS, ¿POR QUÉ NO YO?
La santidad no es una virtud imposible, sino el bien posible. No es un rasgo de espíritus tan especiales, virtuosos y puros que resultan admirables, pero no imitables. Es la determinación de hombres y mujeres frágiles, pecadores, con pies de barro, claro que sí, pero aun así convencidos de que con nuestro barro Dios puede