Había una vez un maestro oriental que, viendo cómo un alacrán se estaba ahogando, decidió sacar al animalito del agua. Pero cuando lo hizo, el alacrán le picó.
Ante el dolor lo soltó, por lo que el animal de nuevo se estaba ahogando. Entonces intentó sacarlo y otra vez le volvió a picar.
Alguien que le observaba le dijo:
– “¿Cómo es tan terco?¿No comprende que cada vez que lo saque del agua le va a picar?”.
Entonces el maestro oriental le respondió:
– “La naturaleza del alacrán, que es picar, no va a cambiar mi naturaleza, que es ayudar”.
Entonces sacó al animalito del agua con la ayuda de una hoja.
C/ Federico Ma. Sanfelíu, s.j.