En segundo lugar, como decía Bonhoeffer, la gracia de Dios es gratuita, pero no es barata, requiere una respuesta. Dios te ama y requiere una respuesta. Y para que haya una verdadera conversión tiene que haber una respuesta de aquel corazón que desea expresar el agradecimiento y que eso se transforme en obras como hizo Zaqueo.

Zaqueo no le dijo al Señor, muchas gracias Señor por venir a mi casa, sino que le dijo, si de alguno me he aprovechado bastante, bien sabía lo mucho que se había aprovechado de muchos, era recaudador de impuestos y cobraría más de lo que debía y se quedaría un tanto por ciento. “Si de alguno me he aprovechado le restituiré cuatro veces más.”

Es decir, la conversión implica que no todo vale, que cuando soy consciente de que me he equivocado y que he hecho lo que no debía hacer, que cuando en lugar de hacer el bien he hecho el mal, tengo que pedir perdón, tengo que decir lo siento, tengo que recapacitar y luchar para con la ayuda de la gracia de Dios, cambiar de vida.

No basta solo con decir, lo siento, tengo que intentar cambiar de vida como hizo Zaqueo, “si de alguno me he aprovechado Señor le restituiré cuatro veces más”, porque el amor de Dios quiere transformar nuestra vida para que nosotros seamos en medio del mundo consuelo de los que sufren.

¿Cómo vamos a ser consuelo de los que sufren si cuando me doy cuenta de mis pecados no intento revertir la situación negativa que yo he creado?.

Si me he equivocado tendré que pedir perdón, si no he tratado a alguien como debía, tendré que decirle lo siento, tendré que luchar por revertir la situación negativa, que yo debido al mal uso de mi libertad he generado. Como hizo Zaqueo pidió perdón y restituyó, decía él, cuatro veces más.

¡Pregúntate! ¿Yo he recibido el amor de Dios?, ¿tengo conciencia para saber distinguir el bien del mal, cuando me equivoco?, ¿intento reparar el daño que he hecho? porque muchas veces se escucha a personas cristianas que dicen. ¡Si! me he equivocado, pero no pasa nada, me confieso y vuelvo a empezar. ¿Vuelves a empezar? ¡Como que vuelves a empezar!, ¡No puedes seguir haciendo lo mismo que hacías! ¿No tendrás que intentar cambiar de vida?.

No puede ser que siga siendo un hijo desagradecido o un trabajador irresponsable o un padre o una madre que no cumple con sus deberes y sus obligaciones.

¿Tienes conciencia? ¿Te has dado cuenta del error que has cometido?, por tanto, tienes que cambiar de vida o luchar al menos para con la ayuda de la gracia de Dios, cambiar de vida y revertir la situación de daño, de mal y dolor que tú has creado haciendo un mal uso de tu libertad. Dirás, lo siento, pedirás perdón, pero también tendrás que ver, ¿qué tengo que hacer para subsanar el mal que yo he engendrado?.

A lo mejor tienes que devolver el dinero que has robado o a lo mejor tienes que decir lo siento, pedir perdón y volver a empezar, cambiar de vida,

porque sin cambio de vida no hay verdadera conversión, sin cambio de vida ese amor de Dios no ha dado el fruto que el Señor desea realizar en tu corazón. No vale con decir me confieso y ya está. ¡No! Tienes que tener propósito de enmienda, tienes que desear cambiar la situación, luchar por no ser esclavo de tus pasiones, luchar por hacer aquello que le Señor te pide.

Has recibido el amor de Dios, te tienes que sentir llamado también a crear un mundo más justo y mejor que es el mundo que Jesús vino a instaurar muriendo por nosotros en la cruz.

G.C.R.