LOS PUERCOESPINES ATERIDOS
PARÁBOLA DE LOS PUERCOESPINES ATERIDOS Arthur Schopenhauer. Era invierno y los puercoespines, aislados cada uno en su rincón, tenían frío. Transcurrieron unos días, hasta que se les ocurrió que una buena forma de calentarse, sería apretarse unos contra otros. Al acercarse, sintieron un agudo dolor, por las heridas que se producían unos a otros con