No ser bienvenido es tu mayor temor. Se conecta con tu miedo al nacimiento, tu miedo a no ser bienvenido en esta vida, y tu miedo a la muerte, tu miedo a no ser bienvenido en la vida después de esto. Es el temor profundo de que hubiera sido mejor si no hubieras vivido.
Aquí te enfrentas al núcleo de la batalla espiritual. ¿Vas a ceder a las fuerzas de la oscuridad que dicen que no eres bienvenido en esta vida, o puedes confiar en la voz de Aquel que no vino para condenarte sino para liberarte del miedo? Tienes que elegir la vida. En cada momento tienes que decidirte a confiar en la voz que dice: “Te amo. Te uní en el vientre de tu madre” (Salmos 139: 13).
Todo lo que Jesús le está diciendo se puede resumir en las palabras “Sepa que es bienvenido”. Jesús le ofrece su vida más íntima con el Padre.
Este texto de Henri J. M. Neuwen nos puede acompañar en momentos como los que vivimos. Nadie está de sobra. Necesitamos vivir como somos en verdad: bienvenidos.
Federico Ma. Sanfelíu, s.j.