Las palabras son importantes. Sin ellas nuestras obras carecen de sentido y sin sentido no podemos vivir.
Las palabras pueden ofrecernos una perspectiva, comprensión y un punto de vista. Las palabras pueden proporcionar consuelo, estímulo y esperanza. Las palabras pueden ahuyentar el temor, el aislamiento o la vergüenza y borrar la culpa. Las palabras pueden reconciliar, unir, perdonar y sanar.
Las palabras pueden traer paz y alegría libertad interior y profunda gratitud. Las palabras, en suma, pueden llevar amor en sus alas.
Una palabra de amor puede ser uno de los más grandes actos de amor, porque cuando nuestras palabras se hacen carne en nuestras propias vidas y en las ajenas, podemos cambiar el mundo.
Jesús es la palabra hecha carne. En Él, hablar y obrar eran una misma y sola cosa.
Henri J. M. Nouwen.