Del físico, filósofo y matemático inglés del siglo XVII, Isaac Newton, es esta lapidaria frase:
“Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes”.
Los muros separan a la gente; los puentes, en cambio, unen; son puntos de unión entre partes que quedarían aisladas si ellos no existieran.
El puente es el símbolo claro del diálogo, del acercamiento y de la proximidad.
Necesitamos puentes, no muros. El muro de Berlín ya cayó. Ojalá pueda caer pronto el muro que separa a israelíes y palestinos. Pero, además de estos grandes muros históricos de enemistad entre pueblos, existen también, por desgracia, muros de incomprensión entre familias y entre miembros de una misma familia, muros de división entre personas que trabajan juntas. Debemos derribar urgentemente estos muros y crear puentes de concordia y fraternidad.
P. Joan Bestard Comas.