Para salvar a la persona y a la sociedad es urgente que aprendamos la sobriedad satisfecha que sabe vivir en medio del ataque de los supermercados sin dejarse fascinar por ellos. Cuentan de Diógenes que, ya en sus tiempos, se paseaba por los mercados de Atenas sin comprar nada y decía a los que se interesaban por su visita al comercio: “Vengo para ver cuántas cosas no necesito.”
Ya era esa la clave: no necesito. Y lo sigue siendo entre nosotros ahora más que nunca. Lo que nos falta es la mirada del sabio para ver sin dejarse atrapar. Turismo filosófico.
P. Carlos G. Vallés s.j.