El político británico Winston Churchill solía decir: “La responsabilidad es el precio de la grandeza.”
A veces he visto a personas importantes que ocupan puestos destacados de autoridad quejarse de la gran responsabilidad que recae sobre ellos. Recordar las palabras de Churchill no les vendría nada mal: “La responsabilidad es el precio de la grandeza.”
Si la responsabilidad no fuera el precio de la grandeza, esto sería la sopa boba. Grandeza, honores, prestigio, privilegios, y ninguna responsabilidad. ¡No!. Tiene razón Churchill. Y a los que ocupan puestos destacados hay que exigirles responsabilidad. Y “responsabilidad” proviene del verbo <<responder>>, <<rendir cuentas>>, <<arrimar el hombro>>. No pueden disfrutar de las <<maduras>> sin estar a <<las duras>>.
La responsabilidad es connatural al mando, a la autoridad, a la grandeza. Autoridad sin responsabilidad sería arbitrariedad, despotismo, capricho. Y esto, en una sociedad democrática, no puede tolerarse.
P. Joan Bestard Comas.