SANTÍSIMA TRINIDAD
Una mujer devota iba a la iglesia todos las mañanas. Un día se encontró con la puerta cerrada. Insistió varias veces, pero no pudo abrir la puerta. Afligida miró a todas partes y arriba halló una nota clavada. La nota decía: “Estoy aquí, fuera”. La firmaba Dios.
1. Hay cristianos- creo que bastantes- que reaccionan igual que esta piadosa mujer. Dios solo está y, por tanto, solo se le encuentra en los lugares sagrados, especialmente en los templos. Sin embargo, Jesús le dijo a la mujer Samaritana: el santuario no hay que buscarlo, no ocupa lugar, si no que está en los actos, en la vida, en las costumbres. “Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre (…) en espíritu y verdad”. A Jesús, a los apóstoles, a los primeros cristianos cualquier lugar les parecía bueno para honrar a Dios.
En 1969 un hombre logró pisar la Luna por primera vez. Los astronautas se llamaban B. Aldrin, quién comulgó, y N. Amstrong, que rezó con el Salmo 8: “Cuándo veo los cielos obra de tus manos, la Luna y las estrellas que creaste, ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, para que te preocupes de él?”.
El mexicano, Porfirio Miranda, se preguntaba: “La cuestión no es buscar a Dios, sino buscarlo allí donde Él dijo que está”. Respecto a este punto, el Papa Francisco repite con frecuencia que “Dios está en los pobres”. A Dios le encontramos en las mil circunstancias y sucesos de la vida.
¿Quién es Dios?. Jesús nos dijo: ”Quién me ve a Mi, ve a mi Padre”. Incluso nos dejó una fotografía espléndida de él en la parábola del Hijo Pródigo. En Dios descubrimos multitud de facetas. Sin embargo, de Dios conocemos poco. Santo Tomás, que fue un sabio excepcional, afirma que “de Dios sabemos lo que no es, pero no lo que es”.
A Dios le imaginamos como la brisa suave. Escuchemos lo que nos relata el profeta Elías: “El Señor me dijo: “Sal y ponte de pie en el monte ante el Señor. El Señor va a pasar. Vino un huracán tan violento, que descuajaba los montes y resquebrajaba las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento vino un terremoto, pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego se oyó una brisa tenue. Al sentirla, Elías se tapó el rostro con el manto y salió afuera”
2. Hoy celebramos el domingo de la Santísima Trinidad. Es decir, Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo. Misterio que saludamos y recordamos siempre que nos santiguamos. Por ejemplo, cuando el futbolista salta al campo o mete un gol, significa o debiera significar, tocando la frente que ponemos las ideas al servicio de Dios, tocando el corazón, ponemos los sentimientos recordando que lo amamos y tocando los hombros ponemos nuestra acción al servicio de Dios.
3. Si me fijo en mi biblioteca, que es reducida. No es para impresionar a nadie y sin embargo anoto por lo menos 30 libros de cierto peso y de relativa actualidad. Enumero algunos: “Hablemos de Dios” “Dios: Una breve historia del Eterno” “La revancha de Dios” ”¿Creer para qué?” “El nuevo rostro de Dios” “Dios y los periódicos” “Dios inmediato“ “Ciencia y Dios” “¿Dios sirve para algo?”. En el 2015 se publicó un libro titulado: “Cartas a Dios desde América Latina”. Se trata de 50 cartas escritas por otras tantas personas y dirigidas a Dios. Escojo una escrita por un profesor de la República Dominicana. Para ellos Dios es la fuerza que les ayuda a caminar. “Cada mañana iniciamos la jornada recordando que Tú estás presente”.
Al medio día suena una campana y el silencio invade toda la escuela. Acordémonos de que estamos en la santa presencia de Dios. …Alumnos, maestros nos detenemos para decirte que eres un Dios presente, cercano, creativo, inteligente, cuestionador, alegre. En consecuencia se apodera de nosotros el ánimo, la alegría, la fe, la pasión y la certeza de que en Ti todo este caminar, la vida tiene sentido”. Dios misterioso y cercano, en mi mismo corazón.
Josetxu Canibe Berganza.