«Abismo de luz»
Vuelvo a entrar en mí mismo,
bien al fondo de mi corazón,
morada de Dios, abismo de luz,
llama de fuego
donde resplandece el Amor Trino en un silencio eterno.
Quiero cantar:
¡gloria! ¡gloria a Dios!
¡gloria a Dios en lo más alto de los cielos!
¡gloria a Dios en lo más hondo de los corazones!
¡Gloria, gloria! Por todas partes Gloria,
Gloria de Dios en el corazón de la roca,
así como en el corazón de la estrella
que brilla en la noche.
Gloria de Dios en el corazón de la rosa,
en el corazón de la alondra que canta con pasión.
Gloria de Dios en el corazón del nuevo bautizado.
Gloria de Dios que deslumbra,
en el fondo del corazón de los santos consumidos por la caridad.
Hermanos, nosotros somos «el pueblo de Dios
para la alabanza de su gloria».
Juntos proclamemos:
¡gloria! ¡gloria!
¡gloria por todas partes!
¡Gloria de Dios!
Gloria a Dios ahora y siempre,
¡por los siglos de los siglos!
Henri Caffarel.