Hoy pido que me guíes, Señor.
Me encuentro a veces tan confuso, tan perplejo, cuando tengo que decidirme y dejar al lado una opción para tomar otra, que he comprendido al fin que es mi falta de contacto contigo lo que me hace perder claridad y perderme cuando tengo que tomar decisiones en la vida.
Pido la gracia de sentirme cerca de ti para ver con tu luz y fortalecerme con tu energía cuando llega el momento de tomar las decisiones que marcan mi paso por el mundo.
A veces son factores externos los que me confunden. Qué dirá la gente, qué pensarán, qué resultará… y luego, todo ese conjunto de ambiente, atmósfera, prejuicios, modas, críticas y costumbres.
No sé definirme, y me resulta imposible ver lo que realmente quiero, decirlo y hacerlo.
Libérame de todos los complejos que me impiden ver claro y elegir lo que debería elegir.
Dame equilibrio, dame sabiduría, dame paz.
Guía cada uno de mis pasos para que el caminar sea recto y me lleve en definitiva a donde tú quieres llevarme.
«Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad».
P. Carlos G. Vallés, s.j.