El filósofo Lucio Anneo Séneca afirma: “Prefiero molestar con la verdad que complacer con adulaciones.”
Las adulaciones son mentiras agradables, pero mentiras. Es preferible molestar con la verdad que agradar con la adulación.
La adulación no es más que una mentira envuelta en papel de celofán y perjudica a ambos: a quien la profiere y a quien la recibe.
Quien formula la adulación puede estar interesado en quedar bien con alguien para conseguir favores. Y quien la recibe se engaña a sí mismo, pensando que su actuación es digna de elogio. El primero engaña y el segundo se engaña.
Las adulaciones no consiguen nada positivo, porque se alejan de la verdad. Es cierto que la verdad puede molestar, pero es siempre curativa. La adulación, en cambio, puede complacer, pero es siempre venenosa.
P. Joan Bestard Comas.