Este es el mejor consejo que puedo dar a mis hijos casados:
No intentéis hacer que vuestra pareja sea mejor. Intentad que sea feliz.
Tendemos a intentar que nuestra pareja se parezca a nosotros, como si nuestra manera de ser fuera la mejor. Tal y como he aprendido en mi propio matrimonio, no solo no funciona, sino que deja a un lado las capacidades únicas que el otro aporta al matrimonio.
En lugar de intentar hacer al otro a nuestra imagen y semejanza, debemos valorar sus diferencias, correr junto a él o ella y concentrar nuestros esfuerzos en lograr que sea feliz.
Stephen R. Covey.
La 3ª alternativa.